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El auditorio flotante, obra del arquitecto alemán afincado en Beijín Ole Scheeren, se encontraba situado en la bahía de una isla y protegido además por dos impresionantes columnas que enmarcaban la pantalla de proyección. 

Scheeren se sirvió de materiales reciclables para la construcción de este escenario flotante que se inspiró en las granjas de cultivo de langostas propias del sudeste asiático. 

El hecho de que fuera construida por módulos permite que se desmantele con facilidad y que se pueda reutilizar en el futuro. 

El Archipielago Cinema constaba de una pantalla flotante y de un auditorio, también flotante, separado. Los espectadores fueron trasladados en barca desde la playa hasta la plataforma. 

Fuente: @mundoflaneur 




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