Construida para mantener a los bárbaros alejados del Imperio del Centro, hoy son las explotaciones mineras ilegales las que amenazan con reducir esta imponente construcción defensiva, símbolo nacional, a escombros.
La Gran Muralla China fue construida para mantener a los bárbaros alejados del Imperio del Centro, aunque sin demasiado éxito. Hoy, un nuevo tipo de “bárbaros”, los de la minería ilegal, están amenazando la integridad de uno de los máximos símbolos de la nación.

Varias secciones de la Gran Muralla a su paso por la norteña provincia de Hebei se han visto dañados o incluso han desaparecido por completo por la actividad de las minas ilegales en la zona.

El tramo de 150 kilómetros de la Gran Muralla en la comarca de Laiyuan data de la dinastía Ming (1368-1644) y, a diferencia de los tramos turísticos cerca de Pekín, no había sido renovado, sino preservado como enclave arqueológico.

Sin embargo, la minería ilegal ha ido expandiéndose a lo largo de la Gran Muralla en Laiyuan, una región rica en metales como el níquel y el cobre, generando corrimientos de laderas y dañando la muralla, según informaba ayer el diario oficial ‘Renmin Ribao’.

Un estudio realizado en Hebei halló que más del 80 por ciento de este monumento defensivo –conocido como “la Gran Muralla salvaje”, por no haber sido acondicionado para el turismo- se encontraba en pésimas condiciones o había incluso desaparecido.

Las montañas que rodean la Gran Muralla en este región están repletas de agujeros, obra de las compañías mineras ilegales. El monumento se ha visto más dañado aún debido al uso de material explosivo para abrir brechas en las montañas.

Además de la falta de fondos y personal, las autoridades locales de protección del patrimonio afirman que sus esfuerzos se ven limitados, ya que la lucha contra la minería ilegal no se encuentra entre sus competencias.

“No tenemos ni idea de cuántas compañías están llevando a cabo actividades de explotación minera en la zona de la Gran Muralla”, reconoce Guo Jianyong, ingeniero de un instituto de investigación sobre arquitectura antigua de Hebei, citado por ‘Renmin Ribao’.

Guo considera que las autoridades de protección del patrimonio histórico deberían tomar parte en la aprobación de proyectos mineros y pide que se dediquen mayores recursos para la protección de la muralla en sus tramos no abiertos al turismo, que suelen ser víctimas de la desidia de las autoridades por la enorme extensión total del monumento y por encontrarse en zonas remotas.

Además de la minería ilegal, otros factores que están dañando el monumento son los grupos turísticos no regularizados y los proyectos de infraestructuras, según Meng Qi, vicedirector del equipo de inspección de la provincia, según cita dicho diario.


Fuente. @spanish.china



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