En plena campiña de Zhejiang, una concubina de la dinastía Qing se seca el sudor de su frente, acerca una silla y se desploma en ella antes de llevarse un chupachups a la boca y desbloquear su iPhone para chequear su Weibo (similar chino de Twitter). Cerca de ella, un joven sirviente saca un paquete de Double Happiness y prende un cigarrillo bajo un alero de madera. A pocos minutos caminando desde allí, una joven sirvienta da un paseo por una calle del Guangzhou de 1930, pasa un grupo de soldados portando fusiles y ella se quita sus zapatos de tela y se calza un par de relucientes Crocs azules. Escenas como estas son comunes en Hengdian, donde se encuentran los mayores estudios cinematográficos del mundo al aire libre.
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A una hora de Yiwu, los Estudios Mundiales Hengdian son en muchos sentidos un lugar asombroso. La construcción, que abarca un área de 2.500 acres, comenzó a erigirse en 1996 y hasta el momento su costo supera los 7.000 millones de dólares. Nuevos terrenos están todavía comenzando a ser desarrollados, incluyendo una muy controvertida réplica del Palacio de Verano de Beijing. Los estudios han sido el escenario de rodaje de más de 800 películas y espectáculos de televisión. Esta formidable cantidad de proyectos permiten al Grupo Hengdian facturar más de 1.000 millones de dólares. También tienen una encantadora y no tan pequeña línea de turismo que atrae cada año a más de siete millones de visitantes a la ciudad.

El área es la creación de Xu Wenrong, un antiguo agricultor bien entrado ya en sus siete décadas, que acumuló una fortuna millonaria vendiendo textiles y productos químicos. Después de construir los estudios en su ciudad natal y tentar a las compañías cinematográficas con la escala de las instalaciones que ofrece, el proyecto de Xu fue inevitablemente denominado el Hollywood del Este, o más sucintamente, Chinawood.


Sin embargo, tal etiqueta da una idea errónea del Hengdian real. En lugar de magnates conduciendo un Cadillac, las calles están llenas de perros callejeros y conductores de bicitaxis. El paseo de la fama y los restaurantes de lujo son reemplazados aquí por calles colmadas de baches y los monótonos restaurantes Tucai. Sobre las colinas que están detrás del municipio, los únicos anuncios son los de los fabricantes de puertas.

En muchos sentidos, esta es una localidad sucia, como cualquier otra del campo chino. Pero en esta ciudad sucia hay una réplica a escala de la Ciudad Prohibida.

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Ver los aleros de color naranja y los muros rojos de uno de los monumentos más famosos de China sobresaliendo por detrás de una hilera de deslucidos edificios residenciales en mal estado produce una experiencia singular. Basado en las tendencias de las dinastías Qing y Ming, el palacio es, sin lugar a dudas, una estructura impresionante, pero el sobrecogimiento por la escala y audacia del proyecto se evapora pronto cuando se comprueba que el edificio está completamente vacío.

Tal vez ello no debería ser una gran sorpresa, pues esta Ciudad Prohibida es, como muchos escenarios fílmicos, esencialmente una fachada. Sin embargo, dada la magnitud del proyecto y los 95 yuanes que cuesta la entrada, 35 más que el precio máximo actual de la Ciudad Prohibida de Beijing, usted espera encontrar algo más que unos pocos turistas pedaleando perezosamente en grupo por los caminos de piedra.

El mismo patrón de expectativa y desilusión se repite por todo Hengdian. “Yo actué como extra en un par de series de televisión”, confesó el conductor de nuestro taxi al llevarnos de la Ciudad Prohibida al Hong Kong de los años 30, “pero esto realmente no vale la pena. Hago más dinero conduciendo este taxi”.
No es una exageración. En el deprimente Hong Kong y la vieja calle Guangdong, un intento lamentable de emular el parque temático de los estudios Universal, nos encontramos con Xiao Liu, extra de 21 años de la serie de televisión Black Fox. “En un día gano alrededor de 40 yuanes como extra”, dijo la chica. “Es duro trabajar tanto, haciendo la misma cosa una y otra vez. A menudo estoy solo caminando por el fondo de un escenario o haciendo algo intrascendente, pero si los actores no consiguen lo que buscan o el director no queda complacido con el resultado, tengo que hacerlo de nuevo”.

Junto a un grupo de amigos, Liu dejó su natal Guangdong por Hengdian hace poco más de un mes, porque, dijo, “me pareció más divertido que nuestra ciudad”. El trabajo, agrega, es regular, pero no ofrece muchas oportunidades o emociones. “Todo ha sido trabajo como extra hasta el momento. Si usted tiene un buen ‘guanxi’ (socio influyente) puede conseguir un papel o ser contratado por una compañía de producción con la que ganará más dinero. Pero yo no tengo ningún contacto que me ayude a encontrar algo más significativo”.

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Sus palabras recuerdan al personaje de Ricky Gervais en Extras, pero ella dice que no tiene esperanzas de conseguir un mejor papel en una película importante. “Prefiero ser la asistenta de una actriz famosa, más que convertirme en una estrella. Algunas de ellas a veces gritan, pero pienso que en sentido general sería más fácil y podría ser mejor que trabajar como extra”.

En Hengdian se han rodado escenas de Crouching Tiger, Hidden Dragon (2000), Hero (2002) y, más recientemente, Wayne Wang’s Snow Flower and the Secret Fan (2011), pero cuando llegan las grandes producciones llevan un poco de glamour a la ciudad y sus costumbres, como el periodo de producción de telenovelas. Hengdian puede ser llamado el Hollywood del Este, pero no es únicamente la geografía lo que distingue a esta ciudad oropel.

Fuente: @Spanish.china




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