Para los japoneses el Año Nuevo es una de las festividades más importantes de todo el año. Y tradicionalmente fin de año también tenía su importancia en las calles de los hanamachi.

Durante la tarde del 31 de diciembre, las maikos y geishas de Gion y Miyagawacho, especialmente, solían visitar las ochaya y establecimientos frecuentados durante el año diciendo “okotōsan dosu” (de ahí el nombre de la festividad, okotosan, おことうさん). A cambio, las jóvenes recibían una bola llamada fukudama que llevaba dentro pequeños regalos y detalles para la chica.

Ya por la noche, las jóvenes iban dando un paseo hasta el santuario Yasaka (que ellas comúnmente llaman Gion-san) y allí realizaban la actividad típica de fin de año: quemar una cuerda con el fuego del templo (de ahí el nombre de la festividad, okerabi, おけら火).

Desgraciadamente, hoy en día es muy raro ver a maikos y geishas moverse por los hanamachi de Kioto el 31 de diciembre, ya que la gran mayoría de jóvenes vuelven a sus hogares para estar con sus familias (como cualquier otro japonés), por lo que los hanamachi de Kioto están desiertos del 31 de diciembre al 3 de enero. 


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