Por Emily Ford

Antes de trasladarme a Shanghái el mes pasado, le pedí a mi profesor de mandarín que me ayudara a elegir un nombre chino. Mi apellido, Ford, se convirtió en Fu – un apellido común en chino – sin mucha dificultad, mientras que encontrar un nombre adecuado fue más difícil. Yo era consciente de la experiencia de mi amiga Emma, que con la transliteración literal de su nombre consiguió la desafortunada “e-ma”, o un “caballo hambriento”. La sugerencia primera de mi profesor era Mei Li – “hermoso”. Me gustó el sonido, pero consideré que podría parecer pretenciosa. Finalmente me decidí por un Mei diferente, con un caracter que significa “rosa”.

Un nombre chino es difícil de hacer y, si se elige mal, se convierte en vergonzoso, incluso devastador. Para las marcas de lujo que intentan penetrar en el continente, tener un nombre adecuado puede ser la clave del éxito o el fracaso.

Aunque sea díficil, tener un nombre chino es esencial. Las marcas occidentales pueden ser difíciles de leer y pronunciar para muchos consumidores chinos –llevándolos a reconocerlos más por sus siglas, como “LV” por Louis Vuitton, o por los logotipos, tales como las letras cursivas de Cartier sobre fondo rojo. Pero a la hora de buscar información sobre las marcas en internet, éstos no son de ninguna utilidad.

Entonces, ¿cómo hacerlo bien? “Un buen nombre chino deber ser fácil de leer y pronunciar y tener un significado de resonancia con la identidad de la marca”, dice Lim Dally, director general de Investigación de Mercado ‘Meihua’ (‘Flor de Cerezo’). “Un nombre significativo es esencial para ser fácil de memorizar, y más allá, para generar imágenes mentales y asociaciones positivas. Las interpretaciones simbólicas, incluso espirituales, son fundamentales.

Hay tres formas básicas en la elección de un nombre. La primera es la transcripción fonética sencilla, como el cava catalán Freixenet, conocido en chino como Fei-Se-Nei-Te. Los nombres fonéticos pueden ser un látigo, díficiles de pronunciar y carecen de un significado más profundo, pero tienen la ventaja de que los consumidores sepan que las marcas son occidentales.

La segunda forma es elegir un nombre basado en el significado original. Otro vino, Chateau Cheval Blanc, se traduce como ‘Bai Ma Zhuang Yuan’, o “casa solariega del caballo blanco.” Las connotaciones positivas de la nobleza y el romanticismo asociados con los caballos blancos en la cultura china se han llevado de manera elevada y espontánea a la marca.

La tercera vía es empezar desde cero – un buen método si el original no tiene ningún significado en particular o es difícil de pronunciar. Procter&Gamble ha tenido cierto éxito con el cambio de nombre de sus productos para el mercado chino, así como su identidad corporativa: “Bao Jie”.

Encontrar un nombre en otra cultura para una marca, que se asemeje a la original y tenga un significado fuerte, es muy díficil de lograr, pero también es lo más gratificante, dicen los expertos.

Balenciaga, la marca de lujo, tiene un nombre muy bueno en chino –‘Ba Li Shi Jia’, que significa París y familia, lo que evoca al instante una marca de prestigio occidental. Rolex, sin embargo, no lo hizo tan bien. Su nombre chino: ‘Lao Li Shi’, que se traduce como “labor, fuerza y hombre” puede evocar a la clase obrera, y posiblemente transmita la idea de una marca dirigida a los “nuevos ricos”, dice Lim Dally.

Fuente: China.org.cn




Leave a Reply.