Oh Ah-mi en el centro del escenario. Sus piernas largas y desnudas abrazaron el cello eléctrico. A su lado se sentó Byun Seung-joo, un traje típico de Corea lo vestía, sus manos sujetaban el haegeum. Al fondo, Park Boo-ja las miraba desde su piano. Las tres arrancaron sonidos de sus instrumentos y los combinaron para darle vida al Tono de Walfgang.
Luego sólo quedó Oh Ah-mi. De pie, comenzó a bailar con el cello, agitaba su larga melena y sus manos tocaban “New Ah-mi”, una obra que recrea la “Sinfonía del Nuevo Mundo”, de Antonín Dvorak, logrando un ritmo alegre y moderno. El público gritó de emoción.
Regresó Byun Seung-joo con su haegeum para tocar el vals No.2 de la Suit de Jazz No.2 de Shostakovich, pieza famosa por aquella escena de la película Eyes wide shut, en la que Nicole Kidman baila un vals en brazos de un hombre que conoce por primera vez. El instrumento típico de Corea suena por momentos como una soprano cantando una aria triste y melancólica, por lo que el público se le entregó.
Con la mezcla entre lo tradicional y lo moderno, la música y la danza de Corea se presentaron la noche del martes en el Teatro Julio Castillo como parte del Festival Cultural Coreano en México, que incluyó música instrumental tradicional, danzas de abanicos, exhibición de Taekwondo, break dance, música popular y cantos tradicionales de Corea en Latinoamérica.
El festival, concebido a partir de la realización de la Cumbre de APEC, tuvo como finalidad difundir el “Hallyu” (el fenómeno cultural coreano) en Latinoamérica y Hawai, profundizando la amistad entre los pueblos y contribuyendo al intercambio cultural.
En el evento, representantes del Ministro de Cultura, Deportes y Turismo de la República de Corea, aseguraron que en 2012, al conmemorarse el quincuagésimo aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, se inaugurará el Centro Cultural Coreano.
Dinamismo joven
El festival mostró el talento de 15 cuadros dancísticos y musicales de primer nivel, en los que resaltó la juventud y dinamismo de sus artistas, quienes contagiaron a los asistentes.
Entre lo más aplaudido estuvo la presentación del Buchaechum o danza de los abanicos, uno de los bailes folclóricos de Corea más conocidos. Los abanicos, inspirados en los que usaban los chamanes, crean espacios y formas coloridas que, a decir de muchos, representan la belleza coreana.
Pero fue Taekwondo, a cargo de K-Tigers, el espectáculo que más gritos causó en el público. Así como M.B. Crew, uno de los mejores equipos de B-Boys, quienes con destreza y agilidad deleitaron con un break dance a los asistentes.
Fuente: @eluniversal.com
Luego sólo quedó Oh Ah-mi. De pie, comenzó a bailar con el cello, agitaba su larga melena y sus manos tocaban “New Ah-mi”, una obra que recrea la “Sinfonía del Nuevo Mundo”, de Antonín Dvorak, logrando un ritmo alegre y moderno. El público gritó de emoción.
Regresó Byun Seung-joo con su haegeum para tocar el vals No.2 de la Suit de Jazz No.2 de Shostakovich, pieza famosa por aquella escena de la película Eyes wide shut, en la que Nicole Kidman baila un vals en brazos de un hombre que conoce por primera vez. El instrumento típico de Corea suena por momentos como una soprano cantando una aria triste y melancólica, por lo que el público se le entregó.
Con la mezcla entre lo tradicional y lo moderno, la música y la danza de Corea se presentaron la noche del martes en el Teatro Julio Castillo como parte del Festival Cultural Coreano en México, que incluyó música instrumental tradicional, danzas de abanicos, exhibición de Taekwondo, break dance, música popular y cantos tradicionales de Corea en Latinoamérica.
El festival, concebido a partir de la realización de la Cumbre de APEC, tuvo como finalidad difundir el “Hallyu” (el fenómeno cultural coreano) en Latinoamérica y Hawai, profundizando la amistad entre los pueblos y contribuyendo al intercambio cultural.
En el evento, representantes del Ministro de Cultura, Deportes y Turismo de la República de Corea, aseguraron que en 2012, al conmemorarse el quincuagésimo aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones, se inaugurará el Centro Cultural Coreano.
Dinamismo joven
El festival mostró el talento de 15 cuadros dancísticos y musicales de primer nivel, en los que resaltó la juventud y dinamismo de sus artistas, quienes contagiaron a los asistentes.
Entre lo más aplaudido estuvo la presentación del Buchaechum o danza de los abanicos, uno de los bailes folclóricos de Corea más conocidos. Los abanicos, inspirados en los que usaban los chamanes, crean espacios y formas coloridas que, a decir de muchos, representan la belleza coreana.
Pero fue Taekwondo, a cargo de K-Tigers, el espectáculo que más gritos causó en el público. Así como M.B. Crew, uno de los mejores equipos de B-Boys, quienes con destreza y agilidad deleitaron con un break dance a los asistentes.
Fuente: @eluniversal.com