(SPANISH.CHINA.ORG.CN) – Los temas sobre la educación, desde el nivel preescolar hasta el universitario, se han convertido en centro de atención de los principales medios de comunicación y agencias de política oficial del país. Los críticos que ofrecen sus observaciones al respecto incluyen a los investigadores, educadores, estudiantes, padres e incluso administradores.

Cuando se hacen sugerencias para resolver problemas tales como la necesidad de mejorar la calidad integral de la educación y desarrollar la creatividad de los estudiantes, los escritores y oradores recurren a una sola idea, la reforma del sistema educativo. Sin embargo, la tarea es muy trascendente y supone un reto importante: ¿Hay algo que podamos hacer ahora para equipar mejor a nuestros estudiantes con vistas a sus futuras carreras y sus vidas?

Entender la enseñanza y el aprendizaje de los procesos de comunicación revela que no es prudente adoptar cualquier modelo establecido sobre una base general, ni existe un modelo que pueda garantizar el éxito y la felicidad de los estudiantes.

Todas las teorías sobre la educación parecen basarse en una suposición poco fiable: si sigue cierta fórmula de enseñanza y aprendizaje que ha tenido éxito en algunos casos, usted tendrá éxito en otros también. De esa forma, las diferencias individuales entre los estudiantes, incluyendo sus dones naturales, esfuerzos y circunstancias por lo general son pasados por alto.

Además, siempre olvidamos o negamos que la era histórica, el contexto cultural y el ambiente social en el que operamos son diferentes de los que dieron origen a las teorías establecidas de la educación.

Sin embargo, una cosa es cierta: cuando se elaboran los planes y estrategias para la educación de cualquier nivel, lo primero que se debe considerar es el futuro de los estudiantes, aunque ello no signifique que debamos continuar con las actuales prácticas no saludables de atiborrar a cada estudiante con conocimientos, anotar sus poderes imaginativos y la motivación creativa.

En cambio,hay trescualidades universalesque cadaprofesor puedetratar decultivar en los estudiantes, no abiertani sutilmente,sinodependiendo de su capacidad.

La primera norma que debe interiorizar cada alumno es que la salud es lo primero. Los estudiantes necesitan desarrollar el sentido vital de que siempre deben tratar de mantenerse sanos. Dada la presión de competir en una sociedad rápida y la modernización de un mundo cada vez más globalizado, un cuerpo sano y mente sana, sin duda, son los activos más valiosos que una persona debe poseer al incorporarse a la sociedad después de la educación formal.

El segundo punto es un corolario directo de lo anterior. La norma tradicional de la salud está dirigida exclusivamente al aspecto físico, pero la nueva norma reconoce que la salud física, mental y espiritual se entrelazan. Cada uno de nosotros tiene un físico diferente en términos de fuerza física y poder mental. Algunas personas nacen con deficiencias físicas o quedan discapacitadas por accidentes o enfermedades, pero entre ellas algunas continúan siendo felices y alcanzan muchos éxitos. Además del apoyo familiar y el bienestar social, su mentalidad saludable y su espíritu fuerte garantizan su felicidad.

Hay algo que podemos hacer: dirigir y guiar a nuestros estudiantes de tal manera que tengan fe y crean en sí. A partir de este precepto se podrían atraer los recursos espirituales que necesitamos para la limpieza diaria del pensamiento y el fortalecimiento del corazón.

En tercer lugar, enseñar a los estudiantes que el aprendizaje es un hábito para toda la vida, el interés y la capacidad. En la actualidad, donde la comunicación aporta información nueva cada minuto, el conocimiento que un profesor puede impartir es sólo una gota de agua en un vasto océano. Además de trasmitir los conocimientos más actualizados, los profesores pueden hacer algo mejor que un ejemplo de aprendizaje continuo, impartiendo el mensaje crucial para los alumnos, que es la clave para lo que quieran hacer en el futuro.

Muchos graduados se han quejado de que los conocimientos que han aprendido en la escuela no eran aplicables a su trabajo, o rápidamente se convirtieron en irrelevantes o carentes de validez. Por otra parte, muchos graduados que se dedican a labores no relacionadas con su especialidad han logrado un éxito notable. Su experiencia se resume en una palabra: aprender. Quienes obtienen buenas calificaciones en todos los niveles educativos pueden quedarse atrás después de graduarse, si dejan de adquirir nuevos conocimientos, mientras que los que mantiene un gran interés y motivación por el aprendizaje en todo momento tienden a conseguir mejores resultados en todo lo que hacen.

En realidad, esta no es una nueva norma en los países desarrollados. Un maestro jubilado de EE.UU. me dijo hace muchos años algo que todavía recuerdo: “No te preocupes demasiado por si lo que aprendes en la universidad es importante para tu carrera futura. Tu jefe te va a valorar por el hecho de que tienes la capacidad de alcanzar un cierto nivel de educación, lo cual es una prueba evidente de que tienes la capacidad de aprender, y a él le interesa más saber si estás dispuesto a seguir aprendiendo en el trabajo”.

La salud mental y física, una firme creencia en uno mismo y la capacidad y voluntad de aprender son, evidentemente, elementos esenciales de la educación en esta nueva era. Equipados con elementos esenciales, los estudiantes deben estar mejor preparados para responder a los retos del futuro.

 El autor es profesor de la escuela de periodismo y comunicación enla Universidadde Xiamen.

Los articulos de opinión reflejan los puntos de vista de sus autores, no necesariamente los de China.org.cn


Fuente: @spanish.china



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