Cuatro personas murieron y al menos otras 100 resultaron heridas en una explosión ocurrida hoy martes en la provincia suroccidental china de Guizhou, informaron las autoridades locales.

El estallido se registró hacia las 11:30 horas en el poblado de Machangping de la ciudad de Fuquan, a unos 100 kilómetros de la capital provincial, Guiyang, dijo una fuente del departamento de publicidad del comité municipal de Fuquan del Partido Comunista de China.

Según la fuente, la explosión tuvo lugar cerca de una rampa de una autopista interprovincial que comunica a Lanzhou, en la provincia noroccidental de Gansu, con la provincia insular de Hainan, en el extremo sur del país.

"Varias viviendas cercanas resultaron destruidas", dijo el funcionario.

Las causas del suceso están siendo investigadas, agregó. 

Fuente: spanish.china.org.cn
 
En los últimos años, las grandes ciudades chinas como Shanghái han vivido el auge de bares y tiendas de vinos escondidas en los tranquilos barrios de negocios de la metrópoli. Los amantes del vino gravitan hacia estos lugares para oler, degustar y tomar los caldos e incluso llevarse a casa un par de botellas de su favorito importado.

“Muchos clientes vienen a nuestra tienda en busca de vinos producidos por bodegas famosas de la región de Burdeos en Francia, que es sinónimo de buen vino en la mentalidad de los consumidores”, explica Guo Qi, empleado en la tienda ‘Chateau’, entrevistado por ‘Global Times’.

Las tiendas de vino como ‘Chateau’ normalmente cuentan con una amplia selección de vinos elaborados en China e importados de otros países. Cada botella cuenta con su correspondiente distintivo que proporciona la información básica sobre el caldo, con el nombre de la bodega, el año de producción y la descripción de su sabor.

Sin embargo, los términos técnicos de la enología suelen suponer un reto para los consumidores no familiarizados con los adjetivos que los expertos aplican a los diferentes vinos. Para los consumidores chinos, existe la complicación añadida de no conocer los frutos que se producen fuera de China y que suelen adornar el gusto de algunos caldos, como las grosellas negras, explica Perri Pong, empleada en Wine Hub, una tienda de Shanghái.

Debido a la complejidad de la información sobre diferentes uvas, savores y bodegas, los consumidores se sienten a menudo avergonzados y confusos al preguntar. Como resultado, los compradores chinos han adoptado un sencillo criterio a la hora de juzgar la calidad de un vino: cuanto más caro es, mejor será. Sin embargo, no siempre es el caso, según Zhou Li, gerente de una compañía vinícola de la compañía estatal alimentaria Cofco.

“Algunos consumidores comprueban que algunos vinos caros de Burdeos no les saben bien, porque hay diferencias individuales en las preferencias sobre el sabor. Burdeos vende bien en China simplemente porque el nombre es más ampliamente reconocido en China”, explica Zhou en ‘Global Times’.

Demanda abrumadora

El panel de la industria vinícola de Burdeos confirmó el año pasado que la China continental, junto con Hong Kong, era el mayor comprador de vinos de esta región francesa, con un gasto total de 463 millones de dólares, por encima de países compradores europeos como Reino Unido y Alemania, que históricamente compraban más vino que China.

En 2009, China descorchó más de 1.500 millones de botellas de vino con un consumo total que alcanzó 867 millones de litros, según un estudio de International Wine and Spirit Research (IWSR), una organización londinense comisionada por Vinexpo.

Vinexpo afirma en su web que el crecimiento del consumo de vino en el mundo estará liderado por tres países: Estados Unidos, China y Rusia.

“La demanda es enorme, pero en China hay relativamente pocas regiones que cuenten con las condiciones naturales necesarias para cultivar uvas. Lluvias, sol y suelo afectan la calidad de las uvas, y el país carece también de expertos profesionales en enología”, explica Ji Yepeng, director general de Pin Lan, empresa que comercia con vinos en Hangzhou (Zhejiang).

Entre enero y julio de este año, China importó 220 millones de litros de vino, 39,1 por ciento más que el año anterior, según la Administración General de Aduanas. Los vinos importados han supuesto aproximadamente más del 20 por ciento del mercado total en China y son importantes para satisfacer las demandas de los consumidores chinos, que los compran como regalos elegantes para sus socios empresariales por la buena impresión que crean, explica Guo Qi.

El resultado es una situación en la que algunos fabricantes y vendedores tienen más margen de beneficios y los consumidores se preocupan más del precio que de la calidad del vino.

Ji Yepeng desglosa el precio de un vino en China: “Si importamos una botella desde Francia, el precio es de 13,9 dólares. Sumando el 48 por ciento de impuestos sobre vino y otros costes en la aduana, los distribuidores primarios lo consiguen a un precio de unos 25,8 dólares. Según el 20 ó 30 por ciento de beneficios calculados para estos distribuidores iniciales, el precio habrá subido hasta 33 dólares cuando llegue a los distribuidores regionales. Cuando el consumidor lo adquiere en un negocio minorista, el precio es cercano a los 100 dólares”

 
Pekín ha presentado en sociedad un nuevo edificio emblemático que liderará el ranking de rascacielos más altos de la ciudad, la torre China Zun. Un edificio de 510 metros de altura con forma de jarrón propiedad del CITIC Group.

En la capital china se ha celebrado la ceremonia con la que se ha iniciado oficialmente la construcción de este nuevo rascacielos que aspira a romper un nuevo récord de altura en la ciudad y al menos durante cierto tiempo presumir de ser el más alto. Un récord que en China siempre es bastante efímero.

El China Zun será una torre de oficinas de 120 pisos que además incluirá hoteles, centro comercial y un mirador. Su nombre, “zun”, hace referencia a una tradicional vasija de vino china. El proyecto se edifica en el Distrito Central de Negocios de Pekín (CBD, por sus siglas en inglés). 

De momento el edificio más alto de la capital con 330 metros de altura es una de las torres del China World Trade Center, CWTC, inaugurado en 2009.

El grupo estatal, China International Trust and Investment Company (CITIC), lidera el proyecto y el despacho de arquitectura TFP Farrell’s ha sido el ganador del concurso internacional.

China se está convirtiendo en un refugio para los grandes despachos de arquitectos ya que al igual que otros países asiáticos mantiene un fuerte ritmo de construcción y una apuesta por proyectos emblemáticos que conviertan el edificio en un atractivo turístico y un signo diferencial de la ciudad. 

Los 510 metros de la torre China Zun se quedan lejos de los 632 metros que tendrá la Shanghai Tower, rascacielos en construcción en el distrito de Pudong que se inaugurará en el 2014, y también de los 606 metros que tiene el proyecto de la Wuhan Greenland Center que también se ha iniciado este año y que está previsto que finalice en 2016. 

El edificio más alto del mundo, con diferencia, sigue siendo la espectacular Burj Dubai, de 828 metros de altura e inaugurada el año pasado.


@asiared
 
De 2008 a 2010, 96 jueces y oficiales de la policía judicial de tribunales populares de base de China fallecieron y 466 quedaron discapacitados debido al exceso de trabajo, informó ayer Wang Shengjun, el máximo juez de China.

Wang, presidente del Tribunal Popular Supremo (TPS), dio a conocer los datos en un informe presentado a importantes legisladores del país durante la actual sesión del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional (APN), la máxima legislatura del país.

Wang atribuyó estos fenómenos a la mala salud física y mental de los oficiales y a la creciente tensión provocada por el trabajo, así como a los bajos ingresos. La situación está causando un importante problema para el sistema judicial en sus bases.

En un informe sobre los tribunales populares básicos presentado ante el Comité Permanente de la APN, Wang dijo que el número de casos en esos tribunales se incrementó en seis por ciento anualmente en los últimos tres años. Algunos jueces atienden más de 300 casos en promedio cada año en las áreas costeras del sudeste de China y en las ciudades económicamente desarrolladas en el centro y el oeste del país.

Además, Wang dijo que 8.781 personas en el país dejaron el sistema de tribunales básicos por varias razones en los últimos tres años.

Wang pidió mejorar el sistema de reclutamiento de jueces y el examen nacional judicial, implementar más cursos de capacitación profesional y elevar los sueldos, con el fin de solucionar la falta de jueces en tribunales populares básicos.

Hasta junio, más de 250.000 empleados trabajaban en los 3.115 tribunales populares básicos de China. Más de 30 millones de casos fueron gestionados en tribunales básicos entre 2008 y 2010, representando 89,28 por ciento de los casos acumulados en el país, dice el informe.



Fuente: @spanish.china
 
La nave Shenzhou VIII se ensambló con el cohete ‘Larga Marcha II-F’ en el centro de lanzamiento de Jiuquan, en la provincia noroccidental de Gansu, el 23 de octubre. La Shenzhou VIII, nave no tripulada, es parte de la primera misión espacial de encuentro y acoplamiento de China y se espera que sea lanzada al espacio a principios del mes de noviembre.
Fuente: @spanish.china
 
Un total de cinco funcionarios fueron separados de sus cargos después de que el 16 de octubre una explosión de gas en una mina de carbón dejara un saldo de 11 muertos y dos heridos en la provincia noroccidental china de Shaanxi, anunció hoy sábado el gobierno local.

Los funcionarios, que estaban a cargo de la industria hullera y de la seguridad laboral, fueron acusados por supuesta negligencia en el accidente mortal, afirmó el gobierno municipal de Tongchuan en una conferencia de prensa.

Entre los funcionarios destituidos se encuentran Ren Baolou, jefe de la administración municipal de minas de carbón, y cuatro funcionarios del distrito de Yaozhou, lugar en donde ocurrió la explosión.

Un total de 21 mineros estaban trabajando en el pozo cuando la explosión se produjo alrededor del mediodía del domingo pasado en la mina Tianyu del poblado de Zhaojin del distrito de Yaozhou. De las 10 personas que sobrevivieron, dos sufrieron heridas leves.

Los familiares de las víctimas se encuentran aún en Tongchuan para negociar los acuerdos de compensación.

La mina de carbón Tianyu cuenta con una capacidad de producción anual de 150.000 toneladas.


Fuente: @spanish.china
 
China cierra la reunión anual del plenario del PCCh con una apuesta por aumentar el “soft power”. El objetivo es reforzar la identidad cultural china, aumentar su influencia en el exterior y mejorar la imagen internacional.

China ha clausurado la VI sesión plenaria del XVII Comité Central del Partido Comunista Chino aprobando una propuesta para promocionar y desarrollar el “sistema cultural chino”.

El comunicado final establece una hoja de ruta para trabajar de forma interna en la mejora de la identidad cultural de los ciudadanos chinos y habla en términos de proteger la “seguridad cultural” del país.

Además, propone impulsar el “soft power” para mejorar la imagen global de su cultura.

El documento reconoce que la cultura se ha convertido en una parte importante de la competitividad internacional de un país y que hasta ahora estaba olvidada porque se priorizaba el desarrollo económico.

La imagen de China se ha visto gravemente dañada por la persecución de sus intelectuales como el conocido artista Ai Weiwei o la encarcelación del premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo.

El comunicado contempla aumentar la producción y difusión del sector cultural. Para ello, y según recoge la prensa oficial, se invitará al capital privado y extranjero a que participe en el proceso ya que la industria cultural es un campo que prima la innovación y el talento.

El plenario también ha anunciado que el próximo congreso del Partido Comunista Chino se celebrará, tal como estaba previsto, en el segundo semestre de 2012. En esta reunión se elegirá los nuevos líderes que sustituirán al actual presidente, Hu Jintao, y al primer ministro, Wen Jiabao. Casi con toda probabilidad los elegidos serán Xi Jinping y Li Keqiang.

Durante cuatro días, 370 líderes del partido se han reunido en la capital en la sesión plenaria, el núcleo del poder de China. Aunque sólo ha transcendido el comunicado final, la sucesión y el futuro traspaso de poderes deben haber centrado las negociaciones.

 
Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China, analiza qué se esconde tras las últimas conclusiones del Comité Central del Partido Comunista Chino que apuestan por un reforzamiento de la influencia cultural de China, una forma de ejercer su nuevo poder como potencia emergente sin causar antipatías.
Tras los primeros escarceos con el concepto, la era del poder blando parece haber llegado a China. Las decisiones que han trascendido de la reunión celebrada por el Comité Central del PCCh el pasado fin de semana indican la plena incorporación del concepto al vocabulario político oficial y la adopción de medidas prácticas que apuntan a su dinamización preferente en los próximos años. Conforme a las tradiciones del tiempo de la reforma, el máximo órgano dirigente del PCCh entre congresos ha sintetizado las experiencias previas llevadas a cabo (en Beijing, Shanghai y Shenzhen), uniformando los criterios a seguir en el futuro en este campo.

En el plano interno, la promoción del patriotismo encuentra terreno abonado. No será complicado. Se viene haciendo ya desde hace muchos años de forma sistemática, aunque no resuelve ni mucho menos el engarce con las nacionalidades minoritarias, pudiendo originar reacciones adversas. Más compleja aún es la promoción de la “cultura socialista” en una economía con mercado cuyos nocivos efectos, difícilmente conciliables con lo que entendemos por socialismo, habitual y abiertamente juegan a la contra.

A no ser, claro está, que se reduzca dicho precepto a la represión de las conductas antipartidarias que, no obstante, es otra cosa, traduciéndose en una nueva vuelta de tuerca sobre el controvertido proceso de control de esos espacios internos que fluyen cada vez con más intensidad, muy especialmente en la Red, al margen pero cada día menos marginales. En ambos casos, el reforzamiento de los fundamentos ideológicos del sistema es el resultado perseguido.

Cabe esperar también un fuerte impulso económico y estructural a todo cuanto contribuya a difundir una determinada imagen de China en el exterior, acorde con los intereses nacionales (identificados con los del PCCh). Probablemente en China existe cierta confusión en cuanto a su presencia internacional, que ha crecido de forma notable en todo el orbe, pero que no siempre lleva aparejada una asociación con aquellas buenas prácticas que propician una imagen positiva. 

Reforzar la influencia cultural de China en el exterior es el segundo elemento de esta orientación, pero imaginar que a través de los Institutos Confucio y otras plataformas adyacentes en pleno auge y expansión puede establecerse un magma cívico aliado de su estrategia, es mucho decir. La inmensa mayoría de quienes se acercan a dichos centros lo hacen con intenciones bien pragmáticas, diferenciando el interés profesional o cultural de la simpatía política. Les conviene tenerlo presente.

No obstante, el principal demérito de este nuevo impulso político es la indefinición de los valores centrales que el gobierno chino desea transmitir internamente y al mundo. Ese catálogo no está del todo claro. Obviamente estos valores deben ir mucho más allá de la mera propaganda. Todo cuanto se asocie con ella será un esfuerzo baldío e inútil. Y hablar de los valores centrales nos remite al debate académico e intelectual, ni mucho menos pacífico desde hace años en la propia China. Es por lo tanto un asunto de gran complejidad y tratar de obviarlo recurriendo a consignas simples adobadas con mucho dinero puede no garantizar grandes resultados.

Los déficits que obnubilan el poder blando de China tienen que ver con la enorme ignorancia existente en otras latitudes con respecto a su identidad, historia y cultura. Pero también están indisolublemente ligados a cuanto se califica de deficiencias de su sistema político y social. Las vulnerabilidades de China en este aspecto son muy notorias. Y si no se actúa en este campo, una vez más, aquellos esfuerzos pueden ser baldíos. 

Todos podemos estar de acuerdo con la pertinencia de proteger la identidad china. Para ello necesita disponer de una industria cultural fuerte y poderosa. Su competitividad en este campo puede mejorar ostensiblemente, aumentando su seguridad e influencia, a sabiendas de que enfrente puede tener sectores irreductibles que no se dejarán seducir en ningún caso, equiparando esta nueva ofensiva que se avecina a otra expresión de trasnochado nacionalismo destinado a blindar esa soberanía que protege al PCCh frente a todo cambio que cuestione su poder.

Ignoramos si este enfoque del poder blando indica un anticipo de una reformulación más ambiciosa de algunos criterios políticos de cara al XVIII Congreso del PCCh. El primer ministro Wen Jiabao lleva más de un año haciendo declaraciones “por libre” en torno a la necesidad de operar cambios en lo político. Pero sus palabras parecen un brindis al sol.

No obstante, reduciéndolo todo a una suma de estereotipos y dinero (de ambos parece que habrá bastante), difícilmente podrán cambiar las cosas y mejorar China su nivel de aceptación internacional.

Para una promoción eficaz del poder blando se requiere un ambiente político idóneo que facilite, naturalmente, la creatividad, por una parte, y, por otra, definir las bases de una nueva lealtad conforme a criterios plenamente democráticos. Ese es el mayor reto que deberá afrontar esta estrategia del PCCh.


Xulio Ríos es director del Observatorio de la Política China 

Fuente: @politica-china
 
Expertos médicos chinos han advertido de que los hospitales del país recetan antibióticos en exceso, lo que podría provocar efectos secundarios serios en la salud de toda una generación.

El consumo anual medio per cápita de antibióticos en China asciende a 138 gramos, un nivel diez veces más elevado que en Estados Unidos, apuntó Xiao Yonghong, experto del Instituto de Farmacología Clínica de la prestigiosa Universidad de Pekín, citado en la edición de ayer miércoles del periódico ‘Guangming’.

La sustancia de la que más se abusa es la penicilina, de acuerdo con un informe del Ministerio de Salud Pública; la dosis media de este fármaco prescrita al año en China es tres veces superior al promedio mundial.

Según la citada cartera, 70 de cada 100 pacientes hospitalizados chinos han tomado antibióticos mientras que el máximo fijado por la Organización Mundial de la Salud es de 30.

Cerca del 97 por ciento de los pacientes en los departamentos quirúrgicos del país tomaron antibióticos; no obstante, las investigaciones demuestran que un elevado número de ellos no los habría necesitado si los centros hospitalarios hubieran tomado medidas de higiene adecuadas, revela el informe del ministerio.

En particular, se abusa de los antibióticos a la hora de tratar a niños, pues una tercera parte de los 10.000 pacientes externos diarios del Hospital Infantil de Pekín es sometida a tratamientos con suero intravenoso, que en general contiene antibióticos, afirmó Yang Yonghong, médico del centro mencionado.

"Es posible que algunos facultativos ignoren cómo utilizar los antibióticos de forma más precisa para evitar potenciales riesgos", señaló Zhu Zhenggang, presidente del Hospital Ruijin de la metrópoli oriental de Shanghái, añadiendo que "prefieren ir a lo seguro".

El ministerio lanzó una campaña a nivel nacional que se desarrolló durante los últimos seis meses con el objetivo de regular el uso de antibióticos, en su último esfuerzo por garantizar la seguridad de los servicios médicos.

Aunque se han logrado avances, el viceministro de Salud Pública Ma Xiaowei admitió que el gobierno se enfrenta a grandes desafíos, puesto que un número significativo de hospitales públicos han relajado las medidas de supervisión sobre la seguridad de las recetas bajo la fuerte presión de los pacientes.

Los expertos también subrayaron que el abuso de los antibióticos en el país está parcialmente impulsado por las compañías farmacéuticas, que se benefician enormemente de la venta de estos medicamentos. En China, hay más de 6.000 empresas farmacéuticas que producen más de 1.000 tipos de antibióticos.

El año pasado, más del 60 por ciento de los nuevos fármacos aprobados por la Administración Estatal de Alimentos y Medicamentos fueron antibióticos y según este mismo centro, en 2010 se registraron 690.000 casos de reacciones adversas causadas por el abuso de estos fármacos, de los cuales 600 llegaron a causar la muerte del paciente.

En respuesta a esta situación, la administración anunció la semana pasada una normativa para regular el uso clínico de los antibióticos, que según los expertos será la más estricta jamás promulgada.


Fuente: @spanish.china
 
Aunque China todavía no ha logrado la perfección al 100 por ciento, ha tenido una actuación de "A+" desde su entrada a la Organización Mundial del Comercio (OMC), afirmó ayer martes Pascal Lamy, director general de la organización, en una conferencia celebrada en la Universidad de Sichuán.

Este año marca el décimo aniversario de la entrada de China a la OMC. Según Lamy, la entrada del país asiático en la organización comercial ha beneficiado no sólo a China, sino también al mundo entero.

"El resultado es una situación de beneficio mutuo, en la que China ha recibido mucho del comercio internacional y otros miembros de la OMC también han logrado mucho con la apertura de China", dijo Lamy.

Los comentarios de Lamy fueron acordes con las palabras pronunciadas por el primer ministro chino Wen Jiabao en un discurso en la Feria de Cantón el viernes pasado. Wen añadió que el acceso de China a la OMC ha tenido "un impacto profundo y de gran alcance" en el país, dado que se ha impulsado el crecimiento de la economía nacional y su competitividad global. "El acceso de China a la OMC también ha traído beneficios tangibles para muchos países del mundo", dijo el premier chino.

En los últimos diez años, China ha importado un promedio anual de 750.000 millones de dólares en mercancías y ha creado más de 14 millones de empleos para sus socios comerciales, agregó Wen.

Mientras tanto, las empresas chinas que realizaron operaciones en el exterior emplearon a cerca de 800.000 trabajadores locales y pagaron más de 10.000 millones de dólares en impuestos al año.

"La OMC espera que el mundo sea consciente de qué es exactamente el comercio en la actualidad. Es muy importante hacer que el comercio mundial sea más amistoso", concluyó Lamy.


Fuente: @Spanish.china