Las calles londinenses son hoy, más que nunca, un mosaico multirracial.

Miles de personas de diversas partes del mundo han llegado a la capital del Reino Unido para animar los XXX Juegos Olímpicos, que serán inaugurados el próximo 27 de julio y que concluyen el 12 de agosto.

La afluencia de visitantes aumentó en vísperas de la mayor fiesta deportiva mundial, y se espera aún la llegada de un millón de personas en las próximas dos semanas.

Londres siempre ha sido un imán para los migrantes de todas partes del planeta y una de las principales ciudades con mayor diversidad étnica.

Para explicarlo habría que remontarse al verano de 1948, que los historiadores describen como "verano de transformaciones" no sólo por los Juegos Olímpicos que ese año se celebraron por segunda ocasión en la capital británica, después de los de 1908, sino también por una notable pieza de legislación británica aprobada en julio.

La norma permitía a cualquier habitante de la Commonwealth (Mancomunidad británica) llegar al Reino Unido y disfrutar de plenos derechos de ciudadanía.

La Ley de nacionalidad británica significó el camino de ingreso a las islas británicas para medio millón de personas de las minorías étnicas, principalmente de las antiguas colonias inglesas del sur de Asia y el Caribe, con lo que comenzó una ola de inmigración que nunca ha retrocedido.

Hoy, 35 por ciento de los 8 millones de habitantes de Londres proceden de más de 90 países, para ubicar a la capital del antiguo imperio británico a la vanguardia de una revolución demográfica en Europa durante el último medio siglo.

Por ejemplo, Londres puede presumir de ser la ciudad con mayor población de nigerianos fuera de Nigeria y la ciudad con mayor núméro de bangladesíes fuera de Bangladesh.

Sólo una ciudad con esos rasgos étnicos podría albergar la mayor fiesta deportiva, la más vista con 4.000 millones de televidentes y la participación de 10.500 atletas provenientes de 205 países, una verdadera ciudad cosmopolita. 


Fuente: SpanishChina




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