El devastador terremoto que sacudió Japón a principios de año pudo haber sacudido la capa más alta de la atmósfera, incluso antes de que sacudiera la Tierra, según un descubrimiento que algún día podría ser utilizado para emitir alertas de terremotos gigantes, afirman científicos.

El sismo de magnitud 9.0 que sacudió la costa de Tohoku en Japón en marzo marcó el comienzo de lo que podría ser el comienzo de una serie de megaterremotos por todo el planeta.

Los científicos encontraron recientemente que los movimientos de la superficie y el posterior tsunami también generaron grandes “olas en el cielo”.  Estas olas alcanzaron llegar hasta la ionosfera, una de las más altas capas de la atmósfera terrestre.

El geodesta y geofísico Kosuke Heki, de la Universidad de Hokkaido en Japón, afirma que de acuerdo a los informes del terremoto de Tohoku, también se pudieron haber generado ondas en la ionosfera antes del sismo.

Las interrupciones de las partículas con cargas eléctricas en la ionosfera dan comienzo a las anomalías en las señales de radio entre los satélites de posicionamiento global y los receptores en tierra, según los datos que los científicos pudieron medir.

Heki analizó datos de más de 1,000 receptores de GPS en Japón. Descubrió un aumento de alrededor del 8 por ciento en el contenido total de electrones en la ionosfera sobre el área afectada por el terremoto unos 40 minutos antes del temblor. Este aumento fue mayor sobre el epicentro y disminuyó conforme se alejaba.

“Antes de encontrar este fenómeno, no creía que los terremotos pudieran predecirse en absoluto”, dijo Heki, “Ahora creo que los grandes terremotos son predecibles”.

Análisis de los registros de GPS tomados  del terremoto de magnitud 8.8 en Chile en el año 2010, revelaron un patrón similar, dijo Heki. Estas anomalías también se han producido con la magnitud del terremoto de Sumatra que fue de 9.2 en 2004 y el terremoto de magnitud 8.3 de Hokkaido en 1994, agregó.

Si esto es cierto, una mayor investigación podría conducir a un nuevo tipo de sistema de alerta temprana para terremotos gigantes.

La anomalía se considera actualmente sólo antes de los terremotos con magnitudes de 8.5 o mayores, advirtió Heki. Sin embargo, si los investigadores pueden detectar lo que específicamente provoca este fenómeno ionosférico, también podría ser posible detectar fenómenos precursores de terremotos más pequeños, dijo.

Heki advierte que la ionosfera es muy variable, por ejemplo, las tormentas solares pueden provocar grandes cambios en el contenido total de electrones en la atmósfera. Antes de que los investigadores puedan desarrollar un sistema de alerta temprana para terremotos, sobre la base de las anomalías ionosféricas, tendrían primero que descartar otra causa.

Heki detalló sus hallazgos en línea 15 de septiembre en la revista Geophysical Research Letters.

Fuente: Our Amazing Planet/JT




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