El gigante asiático es uno de los países del mundo más afectados por las partículas PM2,5.
China se propone incrementar las medidas para luchar contra la contaminación del aire. Las autoridades de Pekín incluirán en los índices de control de contaminación las partículas inferiores a 2,5 microns (PM2,5), según informan los medios de comunicación locales.

Este tipo de partículas ultra diminutas, que se hallan en suspensión en el aire en numerosas ciudades, son en gran parte las causantes de la neblina ambiental existente, así como de enfermedades de tipo pulmonar y problemas cardiovasculares en las personas con un sistema inmunológico más débil.

El Gobierno chino pretende impulsar esta iniciativa en el marco de los objetivos medioambientales contemplados en el duodécimo plan quinquenal 2012-1015, con el objetivo de reducir los índices de contaminación y aumentar el número de días con cielo azul, según informa la agencia de noticias Xinhua.

"Vamos a mejorar los estándares de calidad del aire tan pronto como sea posible e incluir las PM2,5"
, ha dicho el viceministro de Medio amiente, Zhou Jian, recientemente durante su intervención en el VII Foro Internacional de China sobre el Medio ambiente y el Desarrollo.
Esta situación es particularmente grave en el norte de China, donde este tipo de partículas ultra finas representan más de la mitad del peso de los residuos industriales existentes en el aire, según el diario Jinhua.

Por esta razón, la iniciativa anunciada por las autoridades chinas constituye un paso importante para controlar los niveles de contaminación en China y ha sido bien recibido por algunos activistas medioambientales, que lo consideran un paso importante en la lucha por mejorar la calidad del aire si se aplica de forma generalizada y relativamente rápida.

Actualmente, los estándares que utiliza China para medir los niveles de contaminación del aire van a la zaga de las directrices de Naciones Unidas y el Banco Mundial en materia de Salud, pero son más estrictos que los de Estados Unidos.


Isidre Ambrós | Pekín  / la vanguardia.com




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