El presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, ha llevado a cabo una amplia reforma del gobierno para frenar el descontento provocado por los escándalos de corrupción y generar confianza.
La popularidad de Susilo Bambang Yudhoyono, el primer presidente elegido por sufragio directo, había caído a su nivel más bajo desde que fue elegido en 2004. Sólo un 47% de la población apoyaba su figura.
Yudhoyono ha apostado por una reforma en profundidad de su gabinete. Ha nombrado a siete ministros, diez viceministros e incluso ha cambiado al director de la Agencia de Inteligencia del Estado
El presidente ha presentado al nuevo ejecutivo con un discurso en que ha expuesto su programa político para los tres años que le quedan de mandato. Yudhoyono ha establecido un decálogo de ocho puntos prioritarios para el gobierno entre los que se encuentra objetivos como erradicar la corrupción, supervisar que el presupuesto se aplique con efectividad, erradicar la pobreza, llevar a cabo reformas en 141 empresas estatales, mejorar la disciplina de los funcionarios, mantener la seguridad alimentaria y energética, etc.
Aunque la economía de Indonesia es una de las más estables de Asia y se prevé que crezca a un ritmo del 5,5% en 2011, los numerosos escándalos de corrupción, en los que ha estado muy implicada la administración estatal, y la crisis permanente del poder judicial han deteriorado la imagen del gobierno.
El ex tesorero del partido de Yudhoyono, Muhammad Nazaruddin, huyó del país tras ser acusado de corrupción y finalmente fue detenido el pasado agosto en Colombia. La investigación ha salpicado a numerosos miembros del partido y del gobierno.
En los últimos diez años Indonesia ha vivido una importante reforma política y del sector financiero que ha atraído mucha inversión extranjera. Es un país rico en recursos naturales en el que ha crecido una incipiente clase media que ha hecho aumentar el consumo interno. La lucha contra la corrupción y la reforma de la administración pública quedan pendientes.
Fuente: @Asiared.com
La popularidad de Susilo Bambang Yudhoyono, el primer presidente elegido por sufragio directo, había caído a su nivel más bajo desde que fue elegido en 2004. Sólo un 47% de la población apoyaba su figura.
Yudhoyono ha apostado por una reforma en profundidad de su gabinete. Ha nombrado a siete ministros, diez viceministros e incluso ha cambiado al director de la Agencia de Inteligencia del Estado
El presidente ha presentado al nuevo ejecutivo con un discurso en que ha expuesto su programa político para los tres años que le quedan de mandato. Yudhoyono ha establecido un decálogo de ocho puntos prioritarios para el gobierno entre los que se encuentra objetivos como erradicar la corrupción, supervisar que el presupuesto se aplique con efectividad, erradicar la pobreza, llevar a cabo reformas en 141 empresas estatales, mejorar la disciplina de los funcionarios, mantener la seguridad alimentaria y energética, etc.
Aunque la economía de Indonesia es una de las más estables de Asia y se prevé que crezca a un ritmo del 5,5% en 2011, los numerosos escándalos de corrupción, en los que ha estado muy implicada la administración estatal, y la crisis permanente del poder judicial han deteriorado la imagen del gobierno.
El ex tesorero del partido de Yudhoyono, Muhammad Nazaruddin, huyó del país tras ser acusado de corrupción y finalmente fue detenido el pasado agosto en Colombia. La investigación ha salpicado a numerosos miembros del partido y del gobierno.
En los últimos diez años Indonesia ha vivido una importante reforma política y del sector financiero que ha atraído mucha inversión extranjera. Es un país rico en recursos naturales en el que ha crecido una incipiente clase media que ha hecho aumentar el consumo interno. La lucha contra la corrupción y la reforma de la administración pública quedan pendientes.
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