Aokigahara (青木ヶ原?), conocido también como el Mar de Árboles (樹海 Jukai?), es un bosque de 35 km2 que se encuentra en la base del Monte Fuji en Japón.
Según la leyenda, en el bosque habitan algunos demonios de lamitología japonesa. Es un popular lugar donde la gente acude a suicidarse. En 2002, fueron encontrados 78 cadáveres aunque existen numerosas señales, en japonés y en inglés, instando a la gente a que reconsidere su decisión.1
Debido a la densidad de árboles que bloquean el viento y la ausencia de fauna, el bosque es conocido por su tranquilidad.
Según la leyenda, en el bosque habitan algunos demonios de lamitología japonesa. Es un popular lugar donde la gente acude a suicidarse. En 2002, fueron encontrados 78 cadáveres aunque existen numerosas señales, en japonés y en inglés, instando a la gente a que reconsidere su decisión.1
Debido a la densidad de árboles que bloquean el viento y la ausencia de fauna, el bosque es conocido por su tranquilidad.
El bosque es conocido por ser un popular lugar de suicidio en Japón, probablemente es el lugar del mundo donde más gente se ha suicidado después del puente Golden Gate de San Francisco.2 3 En el Japón feudal del siglo XIX, cuando las hambrunas y las epidemias azotaban a la población, las familias más pobres abandonaban a su suerte a los niños y a los ancianos que no podían alimentar (véase ubasute). Por este motivo, surgieron historias que afirmaban que el bosque estaba encantado por los fantasmas de los que allí murieron.4 Su fama como lugar de suicidio quizá se deba a que en 1960 se publicó la novela Nami no Tou de Seicho Matsumoto, en la que al final de la obra dos amantes se suicidan en el bosque. Además, en 1993 se publicó El completo manual del suicidio de Wataru Tsurumi, una guía para suicidarse donde recomienda este bosque como un lugar idóneo para quitarse la vida.[cita requerida]
Desde la década de 1950, más de 500 personas han perdido sus vidas en el bosque, la mayoría por suicidio,3 con una media de edad de 30 años aproximadamente.5 En 2002 fueron encontrados 78 cadáveres en el bosque, remplazando el anterior récord de 1998 de 73,6 y en 2003 la tasa ascendió a 100 personas. Por este motivo, en los últimos años el gobierno local ha parado de dar a conocer el número de suicidios, en un intentó de detener la asociación de Aokigahara con el suicidio.4 La alta tasa de suicidios ha hecho que se designara a operarios para que colocasen carteles en el bosque, tanto en japonés como en inglés, con el fin de que aquellos que vayan con el propósito de suicidares busquen ayuda. Las batidas para la búsqueda de cuerpos se lleva realizando desde 1970.7 Unos 300 operarios se adentran anualmente en el bosque para localizar los cadáveres que no han sido encontrados por los visitantes y guardias forestales. Incluso la policía patrulla los alrededores en busca de posibles suicidas.
Un mito popular sobre el Aokigahara es que los yacimientos de hierro magnético que hay en el lugar hacen que las brújulas y los GPSs dejen de funcionar, provocando que los viajeros se pierdan.
Desde la década de 1950, más de 500 personas han perdido sus vidas en el bosque, la mayoría por suicidio,3 con una media de edad de 30 años aproximadamente.5 En 2002 fueron encontrados 78 cadáveres en el bosque, remplazando el anterior récord de 1998 de 73,6 y en 2003 la tasa ascendió a 100 personas. Por este motivo, en los últimos años el gobierno local ha parado de dar a conocer el número de suicidios, en un intentó de detener la asociación de Aokigahara con el suicidio.4 La alta tasa de suicidios ha hecho que se designara a operarios para que colocasen carteles en el bosque, tanto en japonés como en inglés, con el fin de que aquellos que vayan con el propósito de suicidares busquen ayuda. Las batidas para la búsqueda de cuerpos se lleva realizando desde 1970.7 Unos 300 operarios se adentran anualmente en el bosque para localizar los cadáveres que no han sido encontrados por los visitantes y guardias forestales. Incluso la policía patrulla los alrededores en busca de posibles suicidas.
Un mito popular sobre el Aokigahara es que los yacimientos de hierro magnético que hay en el lugar hacen que las brújulas y los GPSs dejen de funcionar, provocando que los viajeros se pierdan.