Okunoshima, una pequeña isla que flota en el mar interior de Japón entre Hiroshima y Shikoku, que solía ser un cuartel militar secreto donde se fabricaba gas venenoso durante la guerra, no es exactamente el tipo de lugar en el que se podría pensar pasar una tarde idílica.

Por supuesto, eso fue antes de que los conejos se hicieran cargo. En 1971, un grupo de escolares liberaron a ocho conejos en la isla.

Pasó el tiempo y los conejos hicieron lo que mejor saben hacer, ahora la isla de 700 metros cuadrados, es el hogar de más de 300 animalitos de largas orejas, otorgándole a la isla el sobrenombre de “Usagi Shima” (Isla Conejo).

Mientras que en el museo de sitio de Okunoshima dan cuenta de como utilizó Japón el gas venenoso a numerosos grupos escolares durante décadas, la isla recientemente se unió a la lista de cafés y tiendas donde se alquilan gatos ó perros, convirtiéndose en destino turístico para observar y convivir con animalitoskawaii.

Incluso, algunas agencias de viaje han comenzado a ofrecer un plan turístico llamado “Vamos a jugar con los conejos” en idioma japonés e inglés.

Aunque son salvajes, los conejos de la isla conviven con los seres humanos y se acercan en masa a los visitantes buscando algo de comer, sobre todo en los meses más fríos cuando su fuente de alimentos naturales son escasos.

Los visitantes pueden acariciar a los “wascally wabbits”, aunque los niños deben ser supervisados ​​por un adulto. 

Perros, gatos y otras mascotas no están permitidos y el costo de entrada sin contar el transporte en lancha es de 17,020 yenes ($219.50 USD).

Fuente: CNNJapan